Controlar adecuadamente la productividad en una obra de construcción será vital para tener una mejor gestión del proyecto. Por ello, es importante conocer las metodologías que se pueden emplear para realizar este control, así como saber qué variables se deberán medir, a fin de alcanzar los objetivos trazados.
El ingeniero Santiago Ruiz, flamante presidente del Lean Construction Insitute (LCI) Perú, comenta que todo proyecto de construcción transforma ideas y materiales en un producto final que será de utilidad para un cliente. Tomando en cuenta ello, explica que el término “productividad” es una medición que refleja la relación existente entre los resultados de una actividad, el tiempo invertido en ella y los recursos que han sido utilizados para llevarla a cabo.
Para entender su importancia, señala que Virgilio Ghio en su Productividad en obras de construcción (1999) realizó una investigación sobre la ocupación del tiempo de las cuadrillas de construcción y clasificó las tareas en productivas, contributorias y no contributorias, encontrando en una muestra de obras de edificaciones tan solo el 28 % de trabajo productivo. En esa línea, manifiesta que el libro concluye con una propuesta para mejorar la productividad cambiando el proceso de gestión de proyectos.
“Ya en estudios posteriores se ha demostrado que esa productividad ha ido mejorando con los años; sin embargo, este tipo de estudios se han realizado de manera localizada y requieren una gran cantidad de esfuerzo para observar, catalogar y procesar la información con el propósito de encontrar estos indicadores”, sostiene.
De igual manera, con base a una disertación de Glenn Ballard en el 2016, el presidente del LCI Perú explica que las tareas se dividen en aquellas que generan y no generan valor (desperdicio). Siguiendo estas concepciones, el Ing. Ruiz enfatiza que en el sector se ha acostumbrado a llamar tareas contributorias a aquello que es “desperdicio necesario”; sin embargo, anota que esta contradicción entre “desperdicio” y “necesario” debe llevarnos a identificar lo que es desperdicio y saber qué hacer con ello para de esa manera entender la productividad.
Metodologías de control de la productividad
De acuerdo con el ingeniero José Vidal, analista de procesos en Cosapi y principal encargado del área VDC/BIM en el proyecto electromecánico Expansión Toromocho, el uso de metodologías de control de la productividad en obras de construcción permite una gestión más eficiente de los recursos, así como ayuda a identificar áreas de mejora, optimizar la planificación, hacer seguimiento de proyectos y fomentar la toma de decisiones basadas en datos con el fin de alcanzar los objetivos establecidos dentro del plazo y presupuesto previstos.
Estas metodologías, añade, ayudan a reducir los desperdicios, mejorar la calidad y la seguridad en la obra, y promover una cultura de mejora continua. “No hay mayor indicador de una adecuada gestión de proyecto que tener una óptima gestión de la productividad, debido a que es uno de los aspectos más difíciles de controlar y a la vez uno de los más impactantes para alcanzar el éxito”, subraya.
En esa línea, el Mtr. Ing. Salinas, docente a tiempo completo en los cursos de “Construcción” y “Gestión BIM de la construcción” en la Universidad de Lima, con una vasta experiencia en la gestión y construcción de proyectos inmobiliarios, sostiene que, desde hace más de 20 años, a partir del libro de Virgilio Ghio, muchas empresas en nuestro país han venido adoptando la filosofía Lean Construction dentro de sus organizaciones, complementándola con la metodología BIM.
“Estas 2 herramientas (Lean y BIM) son en la actualidad de uso obligatorio en las empresas que buscan la excelencia en un sector muy competitivo. Es por ello que recomiendo sean incluidas en las mallas curriculares de las carreras de ingeniería civil como lo venimos desarrollando en la Universidad de Lima”, anota.
El uso de metodologías de control de la productividad en obras de construcción permite una gestión más eficiente de los recursos, así como ayuda a identificar áreas de mejora, optimizar la planificación, hacer seguimiento de proyectos y fomentar la toma de decisiones basadas en datos.
Resalta que la filosofía Lean debe estar en el ADN de todo ingeniero civil que se dedique a la construcción, pues el Lean busca controlar la construcción de obras, partiendo de los objetivos generales del proyecto a los específicos, tratando de cumplir las metas por hitos. Por ejemplo, en el caso de edificaciones, estos hitos pueden ser las cimentaciones, sub y super estructuras, acabados húmedos y secos, etc. “Nuestro objetivo se debe centrar en terminar cada entregable antes de la fecha prevista y, desde etapas tempranas, prepararnos para el siguiente hito previendo con anticipación los recursos que sean necesarios como materiales, mano de obra, equipos y herramientas, entre otros”, añade.
En cuanto al BIM, el Mtr. Ing. Salinas subraya que al concebir un proyecto en BIM en una plataforma colaborativa en la nube, la información brinda confiabilidad (siempre y cuando los diseñadores hayan participado activamente en este proceso). “Ello permite que en la etapa de diseño se alivie el trabajo de compatibilización que por años recaía injustamente en el constructor y que ahora con un modelo BIM le permita reducir retrabajos, no generar adicionales de obra, no tener ampliaciones de plazo y obtener un presupuesto confiable”, manifiesta.
Asimismo, indica que si nos enfocamos en la etapa de construcción con un modelo compatibilizado y metrados confiables, lo siguiente es aplicar la constructabilidad, partiendo desde las disposiciones de los distintos escenarios en obras (layout) para mejora y optimización de los flujos de producción hasta los balances de cargas de trabajo para la sectorización y la secuencia constructiva, que es más visible y comprensible con un modelo BIM 4D, que luego será complementado con un modelo As-built para operación y mantenimiento.
Por su parte, el presidente del LCI Perú comenta que existen herramientas de control de productividad que se enfocan en analizar la cantidad de trabajo realizado en un día y compararlo con los recursos utilizados para realizar ese trabajo teniendo indicadores de mano de obra, de materiales o de equipos.
Añade que otra metodología para analizar y mejorar la productividad es la realización de estudios de primera ejecución (FRS). “Esta metodología se enfoca en probar en un entorno controlado el proceso productivo para identificar todos los posibles desperdicios, analizarlos y proponer alternativas de mejora y así tener un proceso de producción más eficiente”, anota.
Según el Ing. Ruiz, toda metodología de control de productividad debe enfocarse en “un círculo de mejora continua PDCA” y debe como mínimo establecer un previsto, es decir, según el plan se debe determinar cuánto debo ejecutar diariamente (rendimiento) y cuántos recursos debo utilizar para ese rendimiento; medir el avance y el consumo de recursos real, mediante un sistema de toma de información confiable; identificar las variaciones y analizar las causas por las cuales se generan estas variaciones. Para ello pueden utilizarse mayores estudios como el nivel general de actividad o las cartas balance; evaluar y poner en práctica medidas correctivas que permitan acercarnos a los indicadores previstos; y priorizar siempre el flujo antes del proceso.
A ello, el Ing. Vidal destaca que es importante tener en cuenta la gestión del valor ganado (Earned value Management), la cual se posiciona como uno de los métodos de control de productividad (y de gestión) más reconocidos y utilizados por la industria.
Explica que la gestión del valor ganado se basa en el concepto de comparar la cantidad de trabajo completado (valor ganado) con la cantidad de trabajo estimado inicialmente para un momento dado, tomando como línea base el presupuesto y cronograma. “Lo interesante de esta metodología es que logra controlar costo, plazo y alcance bajo un solo sistema integrado de gestión, con el fin de proyectar estimaciones de avance para poder tomar decisiones oportunamente que mejoren el rendimiento del proyecto”, añade.
Por otro lado, para medir la productividad en momentos críticos, en los que el rendimiento esté debajo de lo esperado, menciona que existen otras herramientas muy útiles, como el Nivel General de Actividades (NGA), también llamado estudio de tiempos, el cual lleva un registro de tiempos de todas las actividades, tareas, esperas, movimientos y acciones en general de una determinada cuadrilla; con el fin de dividir los tiempos registrados en productivos, contributivos y no contributivos.
Variables a controlar
De manera general, el Ing. Ruiz señala 3 variables importantes que se deben medir para garantizar una óptima productividad en la obra: 1) los recursos invertidos como materiales, mano de obra o equipos, 2) el tiempo invertido para ejecutar la actividad, y 3) los resultados de la actividad, es decir, la cantidad de unidades producidas.
Por su parte, el Mtr. Ing. José Salinas, indica que estas variables dependen del tipo de proyecto. Señala que si se trata de obras de infraestructura, una adecuada gestión de equipos y maquinaria de construcción es fundamental, siendo la “gestión estratégica de activos” basada en métricas de productividad de cada equipo la que brinda “mayor confiabilidad para un mismo costo de inversión en mantenimiento”. “Tener en cuenta la confiabilidad nos garantizará el cumplimiento de las metas comprometidas”, agrega.
Estas 2 herramientas (Lean y BIM) son en la actualidad de uso obligatorio en las empresas que buscan la excelencia en un sector muy competitivo. Es por ello que recomiendo sean incluidas en las mallas curriculares de las carreras de ingeniería civil.
En cambio, si se trata de edificaciones, sostiene que el capital humano es más preciado y es el que se debe atender de manera especial para lograr buenos resultados. “Las empresas constructoras de proyectos privados como es el caso de los inmobiliarios, por lo general, tienen ratios de productividad por partida específica, de tal manera que están siempre controlando y buscando mejorar sus resultados operativos en sus presupuestos meta”, comenta.
Pero, si se trata de edificaciones en obras públicas, en las que la empresa tiene que trasladarse al interior del país, refiere que, en estos casos, el tema se complica, ya que muchas veces no se cuenta con mano de obra calificada que logre los rendimientos esperados. Esto −subraya− obliga que personal calificado se movilice hacia la obra con el consiguiente sobrecosto de alojamiento y servicios, que deberá ser considerado en el presupuesto para no afectar la calidad de los entregables.
Por su parte, el Ing. Vidal anota que las variables primordiales a controlar son el avance físico real del proyecto (metrado de avance) y los tiempos empleados para realizar tal avance; mientras los demás indicadores dependerán de parámetros ya establecidos en el presupuesto, cronograma, rendimientos y en base a la metodología de control de la productividad empleada.
Señala que en el caso del Earned Value Management (EVM), las principales variables a medir y controlar son el avance físico real y las horas-hombre. “Con estas variables, junto con la información proporcionada por el presupuesto y cronograma base, podremos obtener los principales componentes del EVM: (1) valor planificado (PV), el cual representa el valor monetario del trabajo planificado que se debió haber realizado a la fecha según el cronograma; (2) valor ganado (EV), el cual representa el valor monetario del trabajo que realmente se ha completado a la fecha, mediante la valoración del progreso físico real según el presupuesto; y (3) costo real (AC), que es el costo real que ha incurrido el proyecto por los trabajos completados hasta la fecha”, añade.
Con respecto al Nivel General de Actividades (NGA) o a la Carta Balance, menciona que las principales variables a controlar son los tiempos productivos, los tiempos contributivos y tiempos no contributivos. Mientras que si se trata de una planificación sectorizada por unidades de producción, entonces la principal variable a controlar será el rendimiento de las cuadrillas dimensionadas (trabajo realizado por cada hora hombre) y el PPC (tomando en cuenta que es una planificación distribuida por sectores). “El uso, medición y control de estas variables se adaptarán perfectamente si se logra emplear un sistema de gestión en el proyecto con Lean Construction”, subraya.
El presidente del LCI Perú, no osbtante, indica que también se debe entender que existe productividad de una tarea o actividad y la productividad del conjunto o sistema. Por ello, resalta que “la productividad del sistema de producción (flujo) es mucho más importante que la productividad individual”.
Importancia de la digitalización para la productividad
A decir del Mtr. Ing. Salinas, estudios sobre productividad realizados por el PhD Paul Tehicholz en EE. UU. muestran que la industria de la construcción ha venido experimentando un decrecimiento importante comparado con otras industrias. Esto, según el Instituto McKinsey, es ocasionado por falta de la digitalización de las actividades vinculadas a la construcción.
Además, sostiene que debemos dar un giro de 360 grados para adoptar las metodologías tecnológicas colaborativas. “En ese contexto, a nivel de formación profesional, quien se capacita y prepara para trabajar en entornos y metodologías colaborativas, como BIM y Lean está en ventaja competitiva para afrontar los retos que la industria demanda”, asegura.